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Writer's pictureGerardo Ibarra

¿Cómo mantener la claridad?

Hay un tema que ha sido recurrente éstas últimas semanas.

¿Cómo mantener la energía, la motivación, la claridad y la disciplina para hacer tantas cosas sin colapsar?


Llevo un par de años poniendo atención a mis hábitos diarios, buscando alternativas, pequeños "hacks" y formas en las cuáles puedo sentirme bien conmigo, con energía, con claridad y aunque siempre hay días mejores que otros, estoy convencido en que la experimentación y la atención son el camino para sentirse mejor.


¿Mis mejores herramientas para lograrlo? La investigación activa y escuchar a mi cuerpo.



Les comparto algunas ideas que me han ayudado a sentirme mejor conmigo, con mi mente y con mi cuerpo. Estar viajando, trabajando y buscando un equilibrio es un trabajo diario.


Las siguientes reflexiones no buscan ser consejos de coaching, lecciones de vida o trucos infalibles. Son sólo reflexiones personales que me han ayudado éstos últimos años, quiero compartirlas y si alguien resuena con éstas ideas o alguien decide intentar ponerlas en práctica, buenísimo, si alguien tiene alguna otra idea para ponerla en práctica, me gustaría leerla.

1 – No siempre hay motivación, pero puede haber disciplina.


Hay días buenos y otros no tanto, no siempre existe la motivación e inspiración en nuestras vidas. Cuando la motivación falla, hay qué apelar a la disciplina y confiar en que hacer las cosas, siempre trae resultados. Cuando falta la disciplina, hay qué apelar a los motivos profundos del por qué hacemos las cosas.


2 – Primero estoy “yo”.

Antes que el trabajo y los demás, buscar mi bienestar y mi salud es lo primero, así, en un buen estado, puedo servir mejor a los demás.

Me costó aprenderlo, pues durante años me escudé en hacer todo por los demás, en lugar de poner mi bienestar como prioridad. Desde la salud hasta lo económico. Para mí, esto se refleja a diario, procuro despertar y dedicar al menos 2 horas a mi antes que al trabajo o a los demás: Leer, tomar café, hacer ejercicio, estar en calma. Haber cumplido conmigo me da ánimo para empezar el día.


3 – Escuchar a mi cuerpo Cuando no me siento bien y buscar las causas, lo mismo cuando si me siento bien.

Esto es investigación activa, experimentar y analizar las causas y sus efectos. Si como X cosa ¿Cómo me siento después? Si dedico tiempo a algún proyecto ¿Cómo me hace sentir? Si me duele la cabeza ¿Habré dormido lo suficiente? ¿Habré tomado agua?


Escuchar, analizar y experimentar me ha ayudado a encontrar mejores prácticas diarias a mejorar los hábitos e intentar ir reduciendo los malos y por su puesto, consultar a expertos para siempre aprender más.



4 – Honrar el fracaso y darle vuelta a la página


Las redes sociales están llenas de éxito, lujos, felicidad. La vida real no es así, la vida de alguien que emprende está llena de pequeños y grandes fracasos, es parte del camino, es la cuota de peaje que hay qué pagar para llegar a nuevos lugares. Honro los pequeños fracasos, reconociendo si pude haberlo hecho mejor o si estuvo fuera de mi control, en cualquiera de los dos casos, aprendo, honro el fracaso y procuro darle vuelta a la página lo más pronto posible. Es muy fácil quedarse colgado en los sentimientos de tristeza, culpa, fracaso.

5 – Buscar los pequeños placeres


Ésta se la aprendí a mi padre. El es un artista para buscarse los pequeños lujos y comodidades, por muy simples que sean. Organizar bien mi espacio de trabajo, buscar la música ideal, preparar un pequeño snack para leer un buen libro, caminar a casa después del trabajo, preparar una taza de café con toda la mano antes de escribir. Ésta es una poderosa práctica que hace todo mejor, buscar el mejor lugar para trabajar, pequeñas recompensas, disfrutar los pequeños placeres diarios. No siempre puede haber una enorme celebración, pero todos los días podemos honrar y disfrutar la vida con las pequeñas cosas.


No quiero que parezca que he logrado descifrar los secretos de la vida, la realidad es que como todos, estoy en un proceso de aprendizaje, pero en éste camino, los anteriores son algunos puntos que me han funcionado y que me han ayudado en mi trabajo y en mi vida personal.


Hay qué reconocer también que cuando estamos llevándolo demasiado lejos, nuestra cultura promueve la autoexplotación y la engrandece con adjetivos positivos. Es importante reconocer los límites, alimentar la paciencia y saber cuándo parar. En eso tengo también qué mejorar.




Son las pequeñas acciones las que van construyendo grandes obras. Lo vemos en la naturaleza, lo vemos en la historia, está en todos lados. Nada que valga la pena se construye de inmediato y los viajes, como la vida, se van haciendo paso a paso, kilómetro a kilómetro.


¿Tienen algún consejo?

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